domingo, 11 de febrero de 2018

LA COMPETENCIA EMOCIONAL


LA COMPETENCIA EMOCIONAL

La Comunidad Autónoma Castilla-La Mancha después de llevar a cabo un estudio para la identificación de las competencias básicas, durante los cursos 2001-2002 y 2002–2003 en el que participaron aproximadamente 2.500 profesores y profesoras de distintas etapas decide implantar la “competencia emocional” ampliando a nueve las competencias básicas.



El Decreto 69/2007, de 29 de Mayo, por el que se establece y ordena el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Castilla - La Mancha, DOCM, 1 Junio, define dicha competencia tal y como se recoge a continuación:

“La competencia emocional se define por la “madurez” que la persona demuestra en sus actuaciones tanto consigo mismo y con los demás, especialmente a la hora de resolver los conflictos (“disgustos”) que el día a día le ofrece. El alumnado de educación secundaria obligatoria será competente para, desde el conocimiento que tiene de sí mismo y de sus posibilidades, abordar cualquier actividad asumiendo sus retos de forma responsable y de establecer relaciones con los demás de forma positiva. El adolescente construye el autoconcepto y desarrolla la autoestima en el desarrollo de cada una de las acciones que, en un horizonte cada vez más amplio, realiza. El autoconcepto integra todas las claves que siempre va a utilizar para interpretar la realidad que le rodea y las relaciones con los demás. El desarrollo de la competencia emocional siempre está asociado a una relación positiva y comprometida con los otros, entre los que destaca, en esta etapa, el grupo de iguales. El acuerdo o no de las compañeras y compañeros determina o inhibe comportamientos deseables. Asimismo, en esta etapa, la imagen corporal cobra especial relevancia en la construcción del autoconcepto pudiendo dar lugar a desajustes emocionales significativos. El conocimiento de las posibilidades, el uso de un lenguaje autodirigido positivo y de un estilo atribucional realista contribuyen a facilitar las actuaciones naturales y sin inhibiciones en las distintas situaciones que le toca vivir es la manifestación más clara de esa competencia emocional. El equilibrio emocional facilita o dificulta el rendimiento escolar en la medida que intensifica o reduce las interferencias en el aprendizaje”.   

Así pues, en aquel momento se incluían en el currículo por primera vez el autoconcepto y la autoestima que profundizaba en la confianza en las propias habilidades para tomar decisiones y enfrentarse a situaciones nuevas; se incluían las emociones y los sentimientos tocando puntos como los cambios físicos y psíquicos en la adolescencia que se trabajaban a través de la expresión corporal y de la relación con el propio cuerpo; se fomentaba el defender las propias opiniones y escuchar la de los demás mostrando una actitud de respeto y ayuda hacia las personas, valorando positivamente las diferencias. En cuanto a los criterios de evaluación se evaluaba la competencia social y emocional del alumnado a través de la empatía, la responsabilidad de su conducta y la actitud solidaria con el grupo familiar o social más cercano.


La asignatura de Educación ético-cívica de 4º de la Educación Secundaria Obligatoria se dividía en cuatro bloques donde el bloque 1 se dedicaba a la competencia emocional y se organizaba como sigue:
Contenidos Bloque 1. Identidad y alteridad. Educación afectivo-emocional
• Identidad personal, libertad y diversidad. Los interrogantes del ser humano. Respeto a las diferencias personales. Inteligencia, sentimientos y emociones. Respeto por la dignidad humana y los derechos fundamentales de las personas.
• Las relaciones interpersonales. Habilidades y actitudes sociales para la convivencia Rechazo de la violencia como solución a los conflictos interpersonales. Reconocimiento de los sentimientos propios y ajenos, resolución dialogada y negociada de los conflictos.
En esta asignatura de manera específica se trabajaba la educación afectiva y emocional centrándose en los valores de la identidad personal, la libertad y la responsabilidad, con particular atención a la relación entre inteligencia, sentimientos y emociones.

Entre los objetivos de la materia Educación ético-cívica en esta etapa, destacaban el desarrollo de las siguientes capacidades:
1. Conocer la condición humana en su dimensión individual y social, aceptando la propia identidad y respetando las diferencias con los otros y desarrollando la autoestima. 
2. Expresar sentimientos y emociones; desarrollar actitudes de iniciativa personal; asumir responsabilidades; tener un criterio propio; utilizar las habilidades comunicativas y sociales, el diálogo y la mediación para practicar formas de convivencia y participación basadas en la solidaridad, el respeto, la tolerancia, la cooperación y abordar los conflictos, desde la defensa de la postura propia y el respeto a las razones y argumentos de los otros.

Sin embargo, el actual Decreto 40/2015, de 15/06/2015, por el que se establece el currículo de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha se basa en las competencias clave de la Recomendación 2006/962/EC, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre de 2006, sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente, donde en dicha recomendación se insta a los Estados miembros a «desarrollar la oferta de competencias clave».  A efectos del presente decreto, las competencias clave del currículo de La Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha serán las que ya conocemos:
a) Comunicación lingüística.
b) Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología.
c) Competencia digital.
d) Aprender a aprender.
e) Competencias sociales y cívicas.
f) Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.
g) Conciencia y expresiones culturales.

De este modo, desaparece del actual currículo de la Comunidad de Castilla La Mancha la competencia emocional integrándola dentro de las competencias de comunicación lingüística, competencias sociales y cívicas y competencia de sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.

El anterior currículo consideraba fundamental trabajar el equilibrio emocional ya que existe relación positiva entre el equilibrio emocional y el rendimiento escolar facilitando o dificultando el proceso de aprendizaje. Al trabajar, por tanto, el equilibrio emocional permite un mejor conocimiento de uno mismo y unas habilidades de reflexión y actuación más amplias y satisfactorias ante los estudios, la vida personal y profesional.

Por otro lado, en Barcelona desde 1997 el GROP, Grupo de Investigación de Orientación Psicopedagógica, dirigido por Bisquerra Alsina se centra en investigar y fomentar la educación emocional precisamente justificado por la baja autoestima, la depresión, el estrés, y la violencia que podemos apreciar en la sociedad.  Las investigaciones apuntan a la baja autoestima como el motivo para esas conductas arriesgadas para el individuo y disruptivas para la sociedad.

Para Bisquerra Alsina la finalidad de la educación emocional es el desarrollo de competencias emocionales que contribuyan a la mejora del bienestar personal y social. Dentro de este grupo de investigación dividen la educación emocional en cinco subapartados: conciencia emocional, que incluye captar y darse cuenta de las propias emociones y las de los demás; regulación emocional, manejar las emociones de manera constructiva y disponer de herramientas para ello; autonomía emocional, que comprende autoestima, autoeficacia, actitud positiva entre otras; competencia social, incluye habilidades sociales para comunicarse, respetarse y hacerse respetar, compartir con los otros; y competencias para la vida y el bienestar, comportamientos apropiados, sanos y responsables en el entorno cercano ya sea familiar, de amistades, de trabajo.

Para Bizquerra Alzina el desarrollo de la persona ha de basarse tanto en el desarrollo cognitivo como en el desarrollo emocional. El mismo declara: “concentrarse exclusivamente en las capacidades lingüísticas y lógicas durante la escolaridad formal puede suponer una estafa del sistema educativo. Para muchas personas, el desarrollo de las competencias emocionales puede ser más necesario que saber resolver ecuaciones de segundo grado.” (Bizquerra Alzina, 2003, p.26)

Me pregunto con qué objetivo o fin tiene sentido hacer un recorte en el currículo en cuanto a la educación emocional en el momento actual donde se están dando unas elevadas tasas de abandono escolar, con un repunte del aumento de consumo de drogas, aumento de las tasas de suicidio, unas tasas de paro entre jóvenes que rondan casi el 50% y unas perspectivas de futuro no muy alentadoras, cuando por otro lado, tanto docentes, familias como alumnos están pidiendo la integración de la competencia emocional en la educación formal.

Defiendo la competencia emocional en el currículo nacional con el fin de que se de un desarrollo integral y perfectivo de todas las capacidades de los alumnos, de forma que los alumnos puedan entender y comprender sus propias emociones y las de los demás; facilitarles herramientas y estrategias para conocerse, para superar y transformar esas posibles situaciones difíciles; crear confianza en sí mismos al ir superando los obstáculos; descubrir y potenciar los dones y vocaciones de cada uno para que busquen y encuentren la felicidad.

Finalizo con la propuesta de los psicopedagogos Medrano Callejas, Medrano Callejas y Arreaza Beberide, del área de orientación educativa y psicopedagógica de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha que proponían material complementario para los profesores como el siguiente cuadrante para trabajar los sentimientos y las emociones en todas las etapas de la educación obligatoria, cubriendo desde educación infantil, educación primaria y educación secundaria obligatoria con un trabajo consensuado a lo largo de los tres trimestres.






Bibliografía:

Decreto 69/2007, de 29 de Mayo 2007, por el que se establece y ordena el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Castilla - La Mancha, DOCM.

Decreto 40/2015, de 15/06/2015, por el que se establece el currículo de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.

Recomendación 2006/962/EC, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre de 2006, sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente.

Bisquerra Alzina, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida. Revista de Investigación Educativa, Vol. 21, n.º 1, pp. 7-43.

 Medrano Callejas G., Medrano Callejas R. y Arreaza Beberide F., (2008). La competencia emocional. Extraído el 08/02/2018 de:

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