LA COMPETENCIA EMOCIONAL
La
Comunidad Autónoma Castilla-La Mancha después de llevar a cabo un estudio para
la identificación de las competencias básicas, durante los cursos 2001-2002 y
2002–2003 en el que participaron aproximadamente 2.500 profesores y profesoras
de distintas etapas decide implantar la “competencia emocional” ampliando a
nueve las competencias básicas.
El Decreto
69/2007, de 29 de Mayo, por el que se establece y ordena el currículo de la
Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Castilla - La
Mancha, DOCM, 1 Junio, define dicha competencia tal y como se recoge a
continuación:
“La competencia emocional se define por la
“madurez” que la persona demuestra en sus actuaciones tanto consigo mismo y con
los demás, especialmente a la hora de resolver los conflictos (“disgustos”) que
el día a día le ofrece. El alumnado de educación secundaria obligatoria será
competente para, desde el conocimiento que tiene de sí mismo y de sus
posibilidades, abordar cualquier actividad asumiendo sus retos de forma
responsable y de establecer relaciones con los demás de forma positiva. El
adolescente construye el autoconcepto y desarrolla la autoestima en el
desarrollo de cada una de las acciones que, en un horizonte cada vez más
amplio, realiza. El autoconcepto integra todas las claves que siempre va a
utilizar para interpretar la realidad que le rodea y las relaciones con los
demás. El desarrollo de la competencia emocional siempre está asociado a una
relación positiva y comprometida con los otros, entre los que destaca, en esta
etapa, el grupo de iguales. El acuerdo o no de las compañeras y compañeros
determina o inhibe comportamientos deseables. Asimismo, en esta etapa, la
imagen corporal cobra especial relevancia en la construcción del autoconcepto
pudiendo dar lugar a desajustes emocionales significativos. El conocimiento de
las posibilidades, el uso de un lenguaje autodirigido positivo y de un estilo
atribucional realista contribuyen a facilitar las actuaciones naturales y sin
inhibiciones en las distintas situaciones que le toca vivir es la manifestación
más clara de esa competencia emocional. El equilibrio emocional facilita o
dificulta el rendimiento escolar en la medida que intensifica o reduce las
interferencias en el aprendizaje”.
Así pues,
en aquel momento se incluían en el currículo por primera vez el autoconcepto y
la autoestima que profundizaba en la confianza en las propias habilidades para
tomar decisiones y enfrentarse a situaciones nuevas; se incluían las emociones
y los sentimientos tocando puntos como los cambios físicos y psíquicos en la
adolescencia que se trabajaban a través de la expresión corporal y de la relación
con el propio cuerpo; se fomentaba el defender las propias opiniones y escuchar
la de los demás mostrando una actitud de respeto y ayuda hacia las personas, valorando positivamente las diferencias. En cuanto a los criterios de
evaluación se evaluaba la competencia social y emocional del alumnado a través de la
empatía, la responsabilidad de su conducta y la actitud solidaria con el grupo familiar
o social más cercano.
La
asignatura de Educación ético-cívica de 4º de la Educación Secundaria Obligatoria se
dividía en cuatro bloques donde el bloque 1 se dedicaba a la competencia
emocional y se organizaba como sigue:
Contenidos
Bloque 1. Identidad y alteridad. Educación afectivo-emocional
•
Identidad personal, libertad y diversidad. Los interrogantes del ser humano.
Respeto a las diferencias personales. Inteligencia, sentimientos y emociones.
Respeto por la dignidad humana y los derechos fundamentales de las personas.
• Las
relaciones interpersonales. Habilidades y actitudes sociales para la
convivencia Rechazo de la violencia como solución a los conflictos
interpersonales. Reconocimiento de los sentimientos propios y ajenos,
resolución dialogada y negociada de los conflictos.
En esta
asignatura de manera específica se trabajaba la educación afectiva y emocional
centrándose en los valores de la identidad personal, la libertad y la
responsabilidad, con particular atención a la relación entre inteligencia,
sentimientos y emociones.
Entre los
objetivos de la materia Educación
ético-cívica en esta etapa, destacaban el desarrollo de las siguientes
capacidades:
1. Conocer
la condición humana en su dimensión individual y social, aceptando la propia
identidad y respetando las diferencias con los otros y desarrollando la
autoestima.
2.
Expresar sentimientos y emociones; desarrollar actitudes de iniciativa
personal; asumir responsabilidades; tener un criterio propio; utilizar las
habilidades comunicativas y sociales, el diálogo y la mediación para practicar
formas de convivencia y participación basadas en la solidaridad, el respeto, la
tolerancia, la cooperación y abordar los conflictos, desde la defensa de la
postura propia y el respeto a las razones y argumentos de los otros.
Sin
embargo, el actual Decreto 40/2015, de 15/06/2015, por el que se establece el
currículo de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato en la Comunidad
Autónoma de Castilla-La Mancha se basa en las competencias clave de la
Recomendación 2006/962/EC, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de
diciembre de 2006, sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente,
donde en dicha recomendación se insta a los Estados miembros a «desarrollar la
oferta de competencias clave». A efectos
del presente decreto, las competencias clave del currículo de La Comunidad
Autónoma de Castilla-La Mancha serán las que ya conocemos:
a)
Comunicación lingüística.
b)
Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología.
c)
Competencia digital.
d)
Aprender a aprender.
e)
Competencias sociales y cívicas.
f) Sentido
de iniciativa y espíritu emprendedor.
g)
Conciencia y expresiones culturales.
De este
modo, desaparece del actual currículo de la Comunidad de Castilla La Mancha la competencia
emocional integrándola dentro de las competencias de comunicación lingüística,
competencias sociales y cívicas y competencia de sentido de iniciativa y
espíritu emprendedor.
El anterior
currículo consideraba fundamental trabajar el equilibrio emocional ya que existe
relación positiva entre el equilibrio emocional y el rendimiento escolar
facilitando o dificultando el proceso de aprendizaje. Al trabajar, por tanto, el equilibrio emocional permite un mejor
conocimiento de uno mismo y unas habilidades de reflexión y actuación más
amplias y satisfactorias ante los estudios, la vida personal y profesional.
Por otro lado,
en Barcelona desde 1997 el GROP, Grupo de Investigación de Orientación Psicopedagógica,
dirigido por Bisquerra Alsina se centra en investigar y fomentar la educación emocional
precisamente justificado por la baja autoestima, la depresión, el estrés, y la violencia
que podemos apreciar en la sociedad. Las
investigaciones apuntan a la baja autoestima como el motivo para esas conductas
arriesgadas para el individuo y disruptivas para la sociedad.
Para Bisquerra
Alsina la finalidad de la educación emocional es el desarrollo de
competencias emocionales que contribuyan a la mejora del bienestar personal y
social. Dentro de este grupo de investigación dividen la educación emocional en
cinco subapartados: conciencia emocional, que
incluye captar y darse cuenta de las propias emociones y las de los demás; regulación emocional, manejar las
emociones de manera constructiva y disponer de herramientas para ello; autonomía emocional, que comprende
autoestima, autoeficacia, actitud positiva entre otras; competencia social, incluye habilidades sociales para comunicarse,
respetarse y hacerse respetar, compartir con los otros; y competencias para la vida y el bienestar, comportamientos apropiados,
sanos y responsables en el entorno cercano ya sea familiar, de amistades, de
trabajo.
Para Bizquerra
Alzina el desarrollo de la persona ha de basarse tanto en el desarrollo cognitivo
como en el desarrollo emocional. El mismo declara: “concentrarse exclusivamente en las capacidades lingüísticas y lógicas
durante la escolaridad formal puede suponer una estafa del sistema educativo.
Para muchas personas, el desarrollo de las competencias emocionales puede ser
más necesario que saber resolver ecuaciones de segundo grado.” (Bizquerra
Alzina, 2003, p.26)
Me pregunto
con qué objetivo o fin tiene sentido hacer un recorte en el currículo en cuanto
a la educación emocional en el momento actual donde se están dando unas elevadas
tasas de abandono escolar, con un repunte del aumento de consumo de drogas, aumento
de las tasas de suicidio, unas tasas de paro entre jóvenes que rondan casi el
50% y unas perspectivas de futuro no muy alentadoras, cuando por otro lado, tanto
docentes, familias como alumnos están pidiendo la integración de la competencia
emocional en la educación formal.
Defiendo
la competencia emocional en el currículo nacional con el fin de que se de un
desarrollo integral y perfectivo de todas las capacidades de los alumnos, de
forma que los alumnos puedan entender y comprender sus propias emociones y las
de los demás; facilitarles herramientas y estrategias para conocerse, para superar
y transformar esas posibles situaciones difíciles; crear confianza en sí mismos
al ir superando los obstáculos; descubrir y potenciar los dones y vocaciones de
cada uno para que busquen y encuentren la felicidad.
Finalizo
con la propuesta de los psicopedagogos Medrano Callejas, Medrano Callejas y Arreaza
Beberide, del área de orientación educativa y psicopedagógica de la Comunidad
Autónoma de Castilla-La Mancha que proponían material complementario para los
profesores como el siguiente cuadrante para trabajar los sentimientos y las emociones
en todas las etapas de la educación obligatoria, cubriendo desde educación
infantil, educación primaria y educación secundaria obligatoria con un trabajo consensuado
a lo largo de los tres trimestres.
Bibliografía:
Decreto
69/2007, de 29 de Mayo 2007, por el que se establece y ordena el currículo de
la Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Castilla - La
Mancha, DOCM.
Decreto
40/2015, de 15/06/2015, por el que se establece el currículo de Educación
Secundaria Obligatoria y Bachillerato en la Comunidad Autónoma de Castilla-La
Mancha.
Recomendación 2006/962/EC, del
Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre de 2006, sobre las
competencias clave para el aprendizaje permanente.
Bisquerra Alzina, R. (2003). Educación
emocional y competencias básicas para la vida. Revista de Investigación Educativa, Vol. 21, n.º 1, pp. 7-43.
Medrano Callejas G., Medrano Callejas R. y Arreaza
Beberide F., (2008). La competencia emocional. Extraído el 08/02/2018 de:
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