sábado, 3 de febrero de 2018

EXPERIENCIAS DE EDUCACION EMOCIONAL EN SECUNDARIA

¿Educación emocional? Hace no mucho tiempo, oír a la gente hablar de ello, o simplemente escuchar la palabra educación, unida a la palabra emoción, era casi imposible, pero en la sociedad actual, en la educación del Siglo XXI está cogiendo cada día más peso, se hace indispensable que se enseñe en los centros educativos. Un concepto que irrumpió con mucha fuerza en el mundo empresarial y que se empezó a introducir rápidamente en otros ámbitos, y la educación fue uno de ellos.


Educación y emoción, dos palabras que en principio parece que no tienen relación, pero que si buscamos una definición profunda de cada una de ellas parece que sí que están vinculadas más de lo que pensamos la una con la otra.

Educación es la formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen. Destaco en negrita la palabra “afectiva” porque ahí es donde se une la formación con la emoción, con la formación de la capacidad afectiva de las personas. La educación no consiste únicamente en una educación formal en contenidos intelectuales y morales, sino también tiene que ver con una formación afectiva.

La afectividad es aquella capacidad de reacción que presenta un sujeto ante los estímulos que provengan del medio interno o externo y cuyas principales manifestaciones serán los sentimientos y las emociones

La emoción es la reacción que presenta un individuo ante ciertos estímulos cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante.
Las principales emociones básicas. Lo que se ha denominado the big three son el miedo, la ira y la tristeza. Miedo, ansiedad y estrés constituyen un grupo de emociones que afectan a muchas personas y son una de las causas principales de malestar.
Aprender a tomar conciencia de estas emociones para regularlas de forma apropiada puede contribuir a prevenir trastornos emocionales y potenciar el bienestar.

Ahora sí que podemos ver la relación que tienen ambas palabras y podemos hablar entonces de educación emocional. Es decir, el centro tiene que enseñar a los alumnos a aprender a gestionar sus emociones ante diferentes situaciones, de forma que la formación en las escuelas permita un desarrollo integral del alumno, tanto en aspectos formales como son los conocimientos intelectuales como en aspectos más informales como son las emociones, y el aprender a actuar antes distintos sucesos.

Pero… ¿Y porque?


Para poder dar respuesta a esa pregunta vamos a centrarnos en definir en que consiste la educación emocional.

La educación emocional, es aquella que da respuesta a una serie de necesidades sociales que no quedan cubiertas en la educación formal. Con otras palabras, es la educación que promueve que las personas adquieran una serie de competencias llamadas emocionales para el desarrollo de su vida diaria.

Sí, es verdad que con esta definición  podemos pensar que la educación emocional se debe enseñar desde el entorno familiar, en casa, y desde pequeños, pero no es competencia únicamente de la familia, sino también del centro. La familia puede ayudar y enseñar a los niños a conocer y controlar ciertas emociones que se dan en el ámbito familiar, pero hay muchas otras emociones  que surgen en otros contextos o situaciones que no se dan en dicho ámbito, sino que se dan en la escuela o en cualquier otro.

Además, muchas veces y por desgracia, en la sociedad actual muchas familias no tienen tiempo o no se encuentran en una situación idónea para formar a los niños en este tipo de educación, y no por ello se les tiene que privar de ella. Para eso están los centros educativos, para darles la posibilidad de aprender y desarrollarse como personas, y poder prevenir numerosos trastornos emocionales que pueden surgir por su situación familiar. 


Por ello, cada día se hace más indispensable que los centros educativos en sus proyectos educativos integren este tipo de enseñanza.

Pero para ello, en primer lugar los docentes tienen que aprender a entender y regular sus emociones para poder dirigir y enseñar a los alumnos esa misma tarea. No sirve de nada que hablemos de educación emocional en el centro, si los profesores no están formados en la misma y no controlan sus emociones, difícilmente podrán ayudar a sus alumnos a hacerlo.

¿Porque es necesario potenciar la educación emocional en los centros educativos especialmente en la educación secundaria?

En educación secundaria, la edad de los alumnos oscila de los doce y diecisiete años y en ese momento se encuentran en una etapa de cambio. Es el momento en el que les surgen inseguridades, baja autoestima, comportamientos compulsivos, que hay que ayudarles a controlar y saber actuar en base a la aparición de los mismos, tanto desde dentro del seno familiar como desde los colegios, que es básicamente donde más tiempo pasan diariamente.

Existen numerosas experiencias de educación emocional en las clases de educación secundaria. Yo quiero centrarme e invitaros a probar a introducir la práctica conocida como Mindfullness.
Esta práctica consiste en poner atención de manera intencionada sobre tu experiencia presente, tanto interna (pensamientos y emociones) como externa (los cinco sentidos), sin juicio. No es otra cosa que acostumbrarse a un estado mental más presente, abierto y atento.



Algunos de los beneficios derivados de esta práctica son una mayor capacidad de concentración, el aprendizaje de la gestión emocional y control de los impulsos, una mayor capacidad reflexiva, una mayor empatía y compasión, entre otras cosas.

Para aplicar la técnica del mindfulness hay diferentes ejercicios en función de la edad de los alumnos. Para los estudiantes más mayores, podemos aplicar ejercicios como:


Reconocimiento del cuerpo


Consiste en que los estudiantes se acuesten en el suelo y se relajen. Luego tienen que, desde los pies a la cabeza, poner atención a cada parte de su cuerpo, llevando su respiración mentalmente hacia allá para relajar completamente. Es imprescindible pedirles que presten más atención en aquellas partes del cuerpo en las que se concentren tensiones, como son el estómago, el cuello, los hombros o la cara.


Contar al revés


Esta técnica consiste en que los estudiantes se sienten cómodamente apoyando su espalda en la silla y que cuenten hacia atrás de 100 a 1, esto requiere más concentración y los ayudara a mantenerse enfocados. Tienen que intentar no pensar en otra cosa, solo quedarse con los números. Una vez que lleguen al 1 se deben quedar en silencio y registrar mentalmente sus sensaciones y emociones.

Disolver un pensamiento


Los estudiantes inhalan profundamente a través de su nariz mientras cuentan lentamente hasta 4, al exhalar deben hacerlo a través de su boca repitiendo el conteo. Pídales que imaginen que cada pensamiento que tienen en ese momento es una nube que se forma encima de su cabeza y que vean mentalmente esa nube mientras inhalan, pídales que disuelvan la nube al exhalar. Deben repetir este proceso con cada nuevo pensamiento.

¿Y vosotros? ¿Estáis de acuerdo en la necesidad de introducir este tipo de educación en los proyectos educativos? ¿Cómo docentes, lo aplicaríais? 



4 comentarios:

  1. Un post muy interesante Jenny :)
    Yo estoy completamente de acuerdo en introducir la educación emocional en las aulas, aunque sea de manera transversal. Una buena estabilidad emocional ayuda a aumentar la autoestima, lo que conlleva a un buen desarrollo de otras capacidades y aptitudes, como comentas. Pienso que debemos acabar con los tabúes que intentan hacer ver que las personas sensibles son débiles porque muestran sus sentimientos, cuando todos nos sentimos mejor tratando con gente que es capaz de aceptarse tal y cómo es y que no tiene miedo al qué dirán. También creo que este tema debe empezar a tratarse desde edades tempranas para que se vaya interiorizando a lo largo del crecimiento de las personas.

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  3. Me ha parecido un tema interesante y por eso he querido profundizar. Como idea me parece estupenda, tanto lo referente a procesar nuestras propias emociones como a educar en ese sentido, pero tengo que decir que, seguramente por desconocimiento, soy totalmente escéptica. Es decir, repito que seguramente por desconocimiento, no se de qué manera uno puede aprender a lidiar con ciertas emociones, como pueden ser la tristeza o el estrés. Está claro que en cualquier individuo medianamente racional cabe la posibilidad, ante una situación concreta de tristeza, de estrés o de ansiedad, de pensar racionalmente y "quitarle peso" a determinadas situaciones que originan esas emociones, pero aún así no veo (y nunca he conseguido experimentar) la aplicación de ese pensamiento racional como freno a una emoción de ese tipo.

    Intentaré informarme más profundamente en este sentido puesto que, si lo considero fundamental para mi, como bien dices en tu post la etapa adolescente puede ser realmente dura para algunos jóvenes, y todas las herramientas son pocas para luchar contra determinadas vivencias, sensaciones, emociones o problemas.

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  4. Muchas gracias por tu aportación Jennifer. En los pocos días que llevo de prácticas me he dado cuenta de que son las emociones las que mueven a los chavales. Sobre todo cuando se trata de segundo y tercero de la ESO.

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