¿Sabes que son las slow schools? En este post voy a intentar despejar tus dudas sobre este tema.
La educación lenta o slow schools, es una corriente pedagógica que propone desacelerar los ritmos educativos para adaptarlos a los ritmos de aprendizaje del alumnado. <<La pedagogía del caracol>>, como la llaman metafóricamente, tiene en cuenta los resultados, pero también el proceso; es de alguna manera, una forma de entender la vida. Pero, ¿cómo se establecen los ritmos de aprendizaje? Los ritmos pueden estar vinculados a los siguientes factores: edad, madurez, psicología, motivación, preparación previa, dominio cognitivo de estrategias, uso de inteligencias múltiples...etc. Resumiendo: La idea es ofrecer oportunidades más diversas y adecuadas para que aprendan los niños, promoviendo sus habilidades particulares y evitando la sensación de insuficiencia. Menos tiempo para que se les enseñe y más para que aprendan.

Los defensores de este modelo de educación, se rebelan con la creencia de que cuanto más rápido se hagan las cosas, es mejor. Pero no solo siguen esta tendencia en la educación sino en múltiples facetas de su vida, desde la alimentación hasta el arte, pasando por las finanzas, la moda o la tecnología.
Otros puntos relevantes de este movimiento son: la experiencia directa como fuente de conocimiento, el fomento de la diversidad de las culturas, los saberes, las competencias, la participación y el diálogo, el reconocimiento de las necesidades y el estímulo del interés y la motivación de cada persona, el desarrollo de la curiosidad y el sentido crítico.
Una de las personas, que es un máximo exponente en este tema, es Joan Domènech, director de la escuela ¨Fructuós Gelabert¨. Según Joan, <<la educación lenta es una propuesta para adecuar el tiempo escolar y el tiempo educativo no escolar a la educación para la comprension. Se opone a la una concepción cuantitativa de la educación, en la que mucho y rápido son sinónimos de mejor, cuando lo que nos ofrece es superficialidad y aprendizajes efímeros>> (Libro "Elogio de la Educación Lenta")
La principal dificultad que podemos encontrar para implantar este tipo de pedagogía en la educación española, es el sistema educativo que tenemos, el currículum poco flexible que tenemos y las herramientas que se utilizan en este para llevar a cabo la evaluación de los conocimientos adquiridos. Los resultados académicos obtenidos y los instrumentos que los miden (notas, exámenes, deberes...) son fundamentales para determinar el éxito o el fracaso de la educación.
Entonces, ¿cómo se puede trabajar la educación lenta? Como he comentado antes, el currículum nos proporciona poca flexibilidad. Aprovechando ciertas oportunidades de libertad, los expertos señalan las propuestas educativas que permiten acercarse a la educación lenta:
1. Es fundamental el análisis del ritmo de aprendizaje de cada alumno: tiempo en hacer actividades, si las terminan o no y en caso de no terminarlas, cual es el motivo y plantearlas de otra forma.
2. Fomentar el aprendizaje colaborativo: los alumnos tienen que trabajar en grupo interactuando, ayudándose, favoreciendo la comunicación...etc.
3. Trabajar la creatividad y el descubrimiento. El proceso tiene que ser tan importante como el resultado del proyecto o actividad.
4. Escuchar, argumentar, debatir y reflexionar. Son aspectos fundamentales para adquirir conocimientos. Buscar actividades que permitan trabajar estos aspectos con los alumnos.
5. No se penaliza el error. Joan Domènech considera positivo organizar actividades que permitan al alumnado asumir el error como parte del proceso de aprendizaje.
6. Evaluar de forma diversa: facilitar la evaluación del proceso buscando alternativas a la cuantificación de resultados.
7. Trabajar la concentración. Joan propone realizar actividades únicas para facilitar que el alumno focalice la atención.
8. Eliminar rutinas innecesarias y/o replantearlas de nuevo. La escuela dedica mucho tiempo a aprender hábitos de comportamiento y control. Hay que eliminar las tareas más repetitivas y mecánicas y dejar sólo las tareas imprescindibles.
9. Participación del alumnado. La implicación de los alumnos en este proceso de aprendizaje, es clave para ganar motivación.
10. Creación de huertos escolares: esta propuesta concreta es muy efectiva para ralentizar el ritmo de aprendizaje, ya que el crecimiento de frutas y verduras es lento.

Pero como he dicho antes, esta pedagogía es una forma de vida, por tanto estos principios de educación lenta deben empezar por aplicarse en casa. Actualmente existen dos modelos escolares que ponen en práctica de los fundamentos de la slow school; se tratan de las escuelas <<Waldorf>> y <<Montesori>>, que implantan la pedagogía antes descrita e inciden en la importancia de los proceso por encima de los resultados.
EJEMPLOS DE EDUCACIÓN LENTA
Fructuós Gelabert, el ejemplo español
En 2004, Joan Domènech comenzó a implantar este concepto es su colegio. Para el profesor, cada niño tiene unos intereses concretos, unas capacidades y su propio ritmo, y que es diferente para cada uno de los alumnos que hay en el aula. Es algo muy diferente a las ideas convencionales.
En su escuela hay muchas actividades que se basan en una libre circulación por la escuela propiciando la flexibilidad que les permite también a los alumnos entender que están es un sitio donde están aprendiendo en cualquier parte. No solo se prende estando sentado en un pupitre con una hoja de papel. Se aprende de muchas formas diferentes, y en esta escuela intentan reproducir esta idea. A partir del alumno, a partir de lo que ellos saben, y lo que ellos se preguntan y lo que a ellos les interesa se les puede acompañar en el proceso de aprendizaje.
De Quian, un nuevo modelo en la exigente educación china
En las faldas del monte Wutong, una zona rural en el sur de china, se encuentra este colegio; uno de los primero que se ha abierto pero con métodos a la vieja usanza. Este centro fue fundado por el profesor Zhang Zonghe para que su propio hijo aprendiera con la antigua educación. Él asegura que se tarda mucho en aprender clásicos chinos, pero que es lo mejor para el bienestar de los niños.
En el centro hay unos 30 alumnos, desde los 3 a los 13 años, visten ropas tradicionales chinas y estudian textos clásicos y artes antiguas, como la caligrafía. Todas las mañanas inician sus clases con 2 horas de caligrafía china; es un proceso de aprendizaje muy largo, pero cada uno sigue su propio ritmo.
La otra cara de la moneda: Japón
En 2002 el gobierno de Japón decidió establecer la educación lenta en las escuelas públicas. Cinco años después, en 2007, Japón decide prescindir de ella. Los docentes universitarios observan una caída de los resultados de los alumnos. Según Noboyuki Tose, profesor de la Universidad de Keio, ralentizar el ritmo fue contraproducente. Esos cinco años de educación lenta tendrán serias consecuencias para el futuro del país, la investigación científica y el crecimiento económico. En Japón la lentitud es frecuentemente relacionada con la pereza.
Lo medios de comunicación hablan que todavía existe una "generación lenta" emergente incompatible con las expectativas japonesas de excelencia y rendimiento. Una de las alumnas del instituto Shibuya, en el corazón de Tokio, explica lo siguiente: <<Si estoy un día si estudiar, siento que soy una vaga, así que intento acostumbrarme a trabajar mucho, incluso en vacaciones. De esta forma, estudiar mucho se convierte en algo natural para mi>>.
Ahora es vuestro turno, ¿qué pensáis de la Slow School? ¿Estamos ayudando a los alumnos o estamos fomentando la pereza?
Genial post!! ¿sabíais como curiosidad, que este movimiento surgió en el año 1986, como protesta a la apertura de un McDonald’s(restaurante de comida rápida) en la Plaza de España de Roma? El periodista y creador de este movimiento, Carlo Petrini, se revolucionó con la llegada de las costumbres alimenticias americanas a Europa.
ResponderEliminarAsí apareció el movimiento Slow Food para reivindicar la cocina tradicional, comer tranquilamente en compañía disfrutando de alimentos sanos y saludables. Este movimiento pretende hacer frente al denominado Fast Food (comida rápida) en el que reina la rapidez y la
insalubridad tanto en su preparación, como a la hora de comerla.
De este movimiento, surgieron otras modalidades que también atienden a la filosofía Slow, todas ellas acompañadas de un mismo símbolo: el caracol.
Éste, representa la calma, el conocimiento, la sensatez, la cautela, la afabilidad...