miércoles, 7 de febrero de 2018

Experiencias de educación intercultural. Educación Inclusiva en la Comunidad de Madrid.

Antes de poder hablar de educación intercultural, es importante que se precisen algunos términos a los que vamos a hacer referencia de manera recurrente.

Para poder hablar de ecuación intercultural es necesario definir a que nos referimos con personas inmigrantes y personas extranjeras. La Real Academia de la Lengua Española define inmigrante como “Dicho de una persona: Llegar a un país extranjero para radicarse en él”, mientras que extranjero lo define de la siguiente manera: “Natural de un país que no es el propio.” Por su parte, Prada define inmigrante como “la población que ha llegado a España [u otro territorio] procedente de otro país: se trata de una condición social.”(Prada, 2008, p. 2). Por tanto, se podría decir que el inmigrante es aquella persona que reside en un país diferente al de origen, mientras que el extranjero es aquel que está un tiempo en un país diferente al de su origen. La principal diferencia que encontramos es que el inmigrante es aquel que pretende desarrollar su vida en otro lugar (diferente al de su origen), mientras que el extranjero es algo puntual, su estancia en otro lugar no se debe a la intención de quedarse permanentemente.

Es importante destacar que existe una diferencia entre escolares inmigrantes y escolares hijos de inmigrantes. En el caso de los primeros, son personas que llegan a su nuevo país de residencia a una cierta edad. Esto implica que ya poseen un bagaje experiencial y vivencial, es decir, tienen sus costumbres, sus valores, etc. si no interiorizados sí bastante arraigados. Mientras que los escolares hijos de inmigrantes son personas que nacen en el nuevo país de residencia de sus padres, o llegan siendo de corta edad. Esto implica que su escolarización la empiezan en ese nuevo lugar de residencia. Como consecuencia estos niños no poseen experiencias, ni vivencias, del país de origen de los padres. Los hijos de inmigrantes en 2005 se encontraban en los niveles de Educación Infantil y Primaria, y los escolares inmigrantes en la ESO. Es importante destacar que los inmigrantes acuden a su nuevo lugar de residencia por fases: siendo primero las personas mayores, en edad de trabajar, y posteriormente sus familias. (Mafokozi y García, 2008) Asumiendo que los escolares inmigrantes podían estar en 1º de ESO en el año 2005, en el curso académico 2012/2013, podrían estar cursando ya estudios universitarios. Por otro lado, algunos escolares hijos de inmigrantes podrían haber estado en 6º o 5º de primaria en 2005, por lo que, en el curso académico 2012/2013 estarán en etapas universitarias. Por tanto, en la actualidad (curso académico 2017/2018) la inmigración en todas las etapas educativas es una realidad.

Según la ONU (Organización de Naciones Unidas): “Aproximadamente una tercera parte [del número de migrantes] se ha trasladado de un país en desarrollo a otro, mientras que otro tercio ha pasado de un país en desarrollo a uno desarrollado” (2005, p.1).Por tanto, las migraciones entre países en desarrollo es equivalente a las migraciones que se producen de un país en desarrollo a un país desarrollado. Por tanto, el concepto tradicional de que la gran mayoría de los inmigrantes procede de países subdesarrollados es un mito más que un dato.

Para poder entender la situación actual es necesario realizar un análisis sobre la evolución del concepto de inmigración en España, reflexión que realizó Barbadillo y que se resume en que: durante los años 70 “el otro” era considerado como turista, se reconocía la importancia que tenía para el desarrollo económico de España, ya que el sector turístico era una fuente importante de ingresos. Pero también existía “el otro”, el “diferente al nosotros” que eran los gitanos. A pesar de ser españoles, la sociedad, no los aceptaba (tenía características diferentes) y los veía como “lo extraño”. Durante los años ochenta, España, va acercándose cada vez más a Europa y va desarrollándose económicamente. Estos dos factores produjeron un cierto aumento del volumen de inmigración. España entra en la Unión Europea en 1986, pero para poder entrar debía aprobar la denominada Ley de Extranjería, esto ocurrió en 1985. Por tanto, durante esta década “el turista” empieza a ser visto como “el otro”, rompiéndose así la visión estática de los años setenta. A finales de los ochenta se empieza a cambiar el concepto de extranjero por el de inmigrante. Por último, durante la década de los noventa, España posee una variada muestra de “el otro”, y empieza a diferenciar las distancias con “el otro”, siendo en algún caso mayor y en otro menor (Barbadillo, 1997).

Pero, para poder hablar de educación inclusiva es importante conocer no sólo la evolución de la actitud de los españoles sino también los datos de encuestas. Estos datos nos los brinda el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) con la pregunta recurrente que plantea en diferentes años que enuncia “Principal problema que tiene actualmente España”. En el año 2000 el 6.5% de los encuestados veía la inmigración como uno de los problemas más graves de España, en 2005 esta cifra aumentó hasta el 35.8%, y en 2011 volvió a descender hasta el 1.2%. Se podría inferir, sin la certeza de un estudio que hable de este razonamiento, que en las épocas de crisis económica la inmigración deja de ser uno de los principales problemas que ve la población.

Habiendo clarificado los términos y arrojado luz sobre la evolución y la perspectiva de la inmigración en España, es importante destacar que según Prada La Comunidad de Madrid tiene un mayor aperturismo ante la inmigración al carecer de identidad explícita de “nación” en la Comunidad (como es el caso de otras regiones de España), el incremento de los inmigrantes no ha provocado que en los planes de estudio se promulgue una idea de ciudadano. (Prada, 2008).

La Comunidad de Madrid posee un programa denominado “Programa Escuelas de Bienvenida” donde se encuentran las famosas “Aulas de enlace”. La finalidad de este programa es la incorporación de las personas inmigrantes al sistema educativo, intentando que exista la menor diferencia de nivel posible entre los alumnos matriculados durante largos periodos de tiempo en un centro educativo de la Comunidad y los pupilos recién incorporados al sistema. En esta aula no habrá más de 12 alumnos y no podrá estar más de 9 meses lectivos. Durante la permanencia en las aulas de enlace se realizan actividades con los grupos ordinarios.

Este programa, llevado a cabo en la Comunidad de Madrid, no deja de suscitarme ciertas dudas, a la vez que entiendo la necesidad del mismo. Es cierto que, el “gap” o brecha educativa que puede existir, entre las personas escolarizadas de manera regular y las personas recién llegadas al sistema educativo de la Comunidad de Madrid, puede ser significativo, llegando a encontrar alumnos que no conocen el castellano y que, por tanto, su incorporación en un aula regular sería complicado.

La complicación a la que estoy haciendo mención no sólo incumbe la tarea del profesor, sino también la motivación y autoestima del alumno, pues este puede, debido a su gran diferencia en cuanto al nivel educativo, ver su tarea de aprendizaje como imposible o terriblemente dificultosa y abandonar su interés por la educación.

Sin embargo, a lo largo de la historia (como se ha explicado con anterioridad) se ha visto al inmigrante como “el otro” y este programa de aula de enlace no hace más que recordarme esa visión de las personas inmigrantes. Separarlos en clases diferentes, y realizar actividades en común, no me parece que sea la manera más adecuada de lidiar con la situación que es la incorporación de los inmigrantes en el sistema educativo.

Mi propuesta, quizá quimérica, es que existiera un refuerzo extraescolar lo suficientemente importante como para que la brecha educativa, presente en este tipo de alumnado, se pudiera reducir sin la necesidad de separar a los alumnos.

Por último, y tras el estudio del estado de la situación de la inmigración en España, me queda la duda de si la “oposición” a la inmigración en los colegios será mayor en comunidades como Cataluña o País Vasco, donde tienen un concepto de nación propio mucho más arraigado. 

1 comentario:

  1. Me ha parecido muy interesante tu post y como ha evolucionado la consideración del inmigrante en España. En mi opinión, considero que las aulas de enlace son muy necesarias, ya que el nivel de dichos alumnos puede ser muy bajo, por lo que acudir en un primer momento al aula normal podría retrasar al resto y hacerles sentir a ellos que no pertenecen. Para evitar la posible exclusión de la que hablas me parece muy acertado que la permanencia en estas aulas no pueda superar los 9 meses. De esta manera, pueden recibir un intensivo que les permita alcanzar el nivel suficiente para poder acudir a las clases de referencia sin sentirse inferiores.

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