martes, 6 de febrero de 2018

EXPOSICIÓN 2 FEB: La Participación Familiar es un Requisito Imprescindible para una Escuela Inclusiva.

INTRODUCCIÓN

    Aquí en el máster, en otras ocasiones, ya se ha hablado sobre una educación inclusiva, que significa que es una educación para todos y para todas. Esto implica que ha de existir una relación entre todos los componentes que forman parte de la educación, que son el centro educativo, los alumnos y las familias de los alumnos. El autor recuerda que, cuando todos los componentes tienen el mismo objetivo, es más fácil alcanzar buenos resultados, una inclusión plena y una mejora en la calidad de vida del alumnado. Además, para alcanzar el desarrollo integrar de los alumnos es necesario que se de esa colaboración.

   Ya en 1994, en el Marco de Acción de la Declaración de Salamanca se decía que los padres deberían participa en la toma de decisiones, en las actividades educativas, en la supervisión de sus hijos y en su apoyo. Posteriormente, en el año 2000, en Dakar, numerosas organizaciones internacionales y gobiernos se propusieron alcanzar una “educación para todos y todas” en 2015. El autor pregunta: ¿se ha alcanzado este objetivo?

   Con este artículo, el autor pretende analizar y orientar la participación de las familias en las escuelas.



ETAPAS DE LA PARTICIPACIÓN FAMILIAR

    Para empezar, la participación familiar ha atravesado varias etapas: antes de los años 80, a participación era muy escasa y la escuela y las familias se mantenían alejadas. A partir de esa fecha, las familias pasaron a considerarse a sí mismas como clientes de los servicios educativos, por lo que comenzaron a exigir servicios que satisficieran sus necesidades. Aun así, la participación seguía siendo puntual, interesada y ocasional. Más adelante, a partir de la década de los 90, comenzó una época de participación e implicación, donde los padres realmente ejercían sus roles de padres.


¿DÓNDE Y CÓMO PARTICIPAN LOS PADRES?

     Pese a que la participación de la familia en la vida escolar del alumnado parece garantizada, realmente esto no es así, puesto que es habitual que las familias sean meros receptores de información o que participen solo puntualmente. Esto es debido a que no está claramente definido el papel que la familia debe desempeñar.

     Existen algunas variables que incentivan o frenan la participación familiar en la vida escolar tales como: ciertas políticas, creencias de los familiares o del profesorado, percepción que el profesorado tenga sobre las familias, o su idea sobre la educación o la participación, factores sociales o culturales o barreras de comunicación.

     La participación escolar es una cuestión ampliamente reconocida en la Ley. Ya en la Constitución Española de 1978 se apuesta por la participación de las familias en los órganos de participación de los centros, como un derecho y un deber en si mismo. Las distintas legislaciones, tanto a nivel nacional como internacional señalan también como especialmente importante la participación de las familias de los alumnos con necesidades especiales, ya que dicha participación es imprescindible, para la detección, evaluación y respuesta educativa a sus necesidades particulares.

    Por otro lado, es tarea de las familias participar en la elaboración y revisión del Proyecto Educativo, basado en la no discriminación y en la inclusión y que recoge todos aquellos aspectos relativos al entorno social, cultural, familiar, etc. del centro.


     En el sistema educativo español, una forma de participación de las familias es a través de los Órganos Colegiados, como es el caso del Consejo Escolar, donde las familias tienen también un derecho y un deber con respecto a su participación. La LOE, por su parte, recoge también la participación de las familias a través de asociaciones de padres y alumnos. Sin embargo, la LOMCE convierte los Consejos Escolares en Órganos Consultivos, restando poder de decisión a los mismos, hecho que contradice la creciente importancia otorgada por las diferentes leyes educativas a la participación.

     Numerosos estudios apuntan sin duda a que pese a todos los esfuerzos la participación de las familias en la vida escolar del alumnado está siendo más formal que real, puesto que es común que sean la mayor parte de las veces los mismos padres los que representen al resto. Y todo ello pese a que existan también numerosos estudios los que señalan que la efectiva participación de las familias en la vida escolar tiene importantes efectos positivos, tanto para el alumnado como para las familias o la comunidad. Por ejemplo: mejora del rendimiento escolar del alumnado, creciente autoestima, mejora de las relaciones padres-hijos o desarrollo de actitudes positivas hacia la escuela.

       La participación de las familias puede darse, además, en diferentes modos de implicación, siendo siempre una acción con consecuencias positivas en todos los ámbitos. Puede limitarse a mejorar la comunicación entre escuela y familia, lo cual tiene consecuencias sobre todo en las familias, despertando un mayor interés por sus hijos y fortaleciendo las relaciones y el compromiso mutuo. La participación puede extenderse también a la configuración del centro educativo, esto es, que las familias participen en la elaboración de los de los documentos y normas del centro. De esta manera, se consiguen mejores resultados y una mayor satisfacción por parte de las familias. Una tercera forma de participación es la que afecta a la prestación de servicios complementarios a la escuela, tales como escuelas de padres, organización de actividades extraescolares, etc., que enriquecen tanto a las familias como al centro. Y por último podemos hablar de participación de las familias en los programas educativos comunitarios, que conllevan una educación más práctica y más orientada a la vida, mayor respeto por el entorno y mayor conexión entre la vida escolar, familiar y la comunidad.


COMUNIDAD Y ESCUELA INCLUSIVA

     Para conseguir una escuela abierta, se deben implicar en el diseño de los procesos educativos todas las organizaciones, instituciones y grupos a la comunidad. Es así como se llegará hasta una educación inclusiva donde todos participan en la acción educativa.

     En primer lugar, vimos las diferentes formas de participación de las comunidades, y las separamos en dos grandes grupos:
  •       Aquellas que ni desarrollan la inclusión y ni aumentan el rendimiento, entre las que se incluyen la participación informativa y consultiva.
  •      Las participaciones que desarrollan la inclusión y aumentan el rendimiento de los estudiantes, encontrándose dentro de este grupo la participación decisoria, evaluativa y educativa.

   Seguidamente, definimos las características fundamentales de cada uno de los tipos de la participación de la comunidad:

          1)    INFORMATIVA: las familias no tienen ningún poder de decisión, tan solo son informados acerca de las actividades escolares, el funcionamiento del centro y sobre decisiones que ya se han tomado.
         2)    CONSULTIVA: en este caso, los miembros de la comunidad tienen un poder de decisión muy limitado. Su participación se basa en ser consultados a través de los órganos de gobierno del centro.
          3)    DECISORIA:  las familias y otros miembros tienen dos tipos de participación. Por un lado, están presentes en órganos de toma de decisión del centro, por lo que participan en la toma de decisiones. Por otro lado, también supervisan el rendimiento de las cuentas del centro en función a los resultados educativos obtenidos.
      4)    EVALUATIVA: en este tipo de participación, las familias intervienen en los procesos de aprendizaje de los alumnos, por lo que ayudan en la evaluación general del centro.
         5)    EDUCATIVA: los miembros de la comunidad colaboran en las actividades de aprendizaje de los estudiantes. Estas actividades pueden ser tanto en horario escolar como en extraescolar. También participan en programas educativos, los cuales dan respuesta a las necesidades que se presentan.

     La involucración de los padres y las madres se produce a diferente nivel dependiendo de si forman parte del consejo escolar, de comisiones creadas en los centros o de los AMPAs.  Además, la participación de las familias también se puede producir de tres maneras diferentes:

             A)   Formal: con entrevistas, reuniones, talleres…
             B)   Informal: se basa en la entrada y salida del colegio
             C)   Puntual: los padres y madres se ofrecen como voluntarios en los centros.



   Finalmente, enumeramos una serie de alternativas que existen para informar a las familias y así implicar a los padres, como son las páginas webs, murales, pancartas, anuncios y exposiciones entre otras.


IDEAS PARA MEJORAR LA PARTICIPACIÓN FAMILIAR EN LA ESCUELA INCLUSIVA

     Como se ha dicho anteriormente, la participación resulta esencial en el proceso educativo de los jóvenes. Teniendo esto en cuenta, cabe resaltar que esta participación podría ser enfocada de dos formas diferente de acuerdo con la actitud e implicación de ambas partes. Por un lado, una mala relación dará lugar a una falta de apoyo en el centro que se verá, sin duda, reflejada en los alumnos. Esta situación degenerará en la aparición de conflictos y, por ende, el centro no podrá avanzar ni establecer nuevos proyectos en pro de los estudiantes. Sin embargo, un trabajo cooperativo por ambas partes supondrá un gran respaldo y un clima positivo para el trabajo y la innovación, resultando en la mejora eficaz de la escuela.


     Ciertamente, resulta esencial conocer las necesidades del centro antes de realizar cualquier cambio o innovación. Para ello, el autor nos señala el Index for inclusión (Booth, y Ainscow, 2011) como herramienta esencial para que los miembros de la comunidad educativa identifiquen los puntos fuertes y débiles que existen en relación a los procesos a implementar, iniciando un proceso de inclusión. Así, los cinco indicadores del Index que subraya el autor son:

      1)    Colaboración entre profesorado y familias
      2)    Involucramiento de las instituciones
      3)    Filosofía de inclusión adoptada por todas las partes
      4)    Código de Prácticas para reducir las barreras al aprendizaje y participación
      5)    Conocimiento y aprovechamiento de los recursos de la comunidad

     Como ejemplo de propuesta de innovación para fomentar la participación de la familia en el centro educativo, el autor propone lo denominado como Comunidades de aprendizaje. Estas comunidades son grupos basados en el diálogo que tienen como fin la discusión constructiva y participación de todas las partes en la propuesta de innovación o cambio, así como en cualquier otro ámbito que pueda relacionarse con el proceso educativo. De esta forma, se pretende mejorar la situación actual de desconexión entre centro y familia, pues la forma tradicional refleja una jerarquía clara, donde el centro es quien dicta sus normas inamovibles. En estas comunidades, cualquier propuesta será estudiada con detenimiento, teniendo en cuenta la diversidad familiar, la opinión, la disponibilidad y el interés de la familia, siempre y cuando fuere posible.

     Finalmente, el autor propone dos aspectos fundamentales que deberán ser tenidos en cuenta para el correcto funcionamiento de estas comunidades. El primero de ellos consiste en los mecanismos que favorecen la cooperación entre las partes, entre los que encontramos, entre otros: empatía, creer en el cambio, coordinación común, diálogo continuo y compromiso. El segundo aspecto que se señala se relaciona con los métodos de contacto entre las partes, entre los que encontramos: entrevistas, reuniones, páginas web y proyectos.

CONCLUSIONES

       Para concluir, podemos resumir una serie de puntos.
  •           La participación familiar ha pasado por etapas distintas: desde una no participación hasta una implicación activa.
  •         Esto ha sido posible gracias a los avances en los centros educativos, en cuanto a gestión y organización.
  •         También ha sido necesario un cambio de actitud en los implicados.
  •         Los cambios, en general, se producen cuando todas las partes colaboran y se comprometen, sintiéndose parte del proceso.
  •         La familia es un recurso que necesita sentirse cogida por la escuela, tomando parte en la educación de sus hijos.






Autores:  Fernández García, Paula; Fernández Orihuela, Pedro; Fernández Rincón, Ángela y Ferreras Gutiérrez,  Andrés. 

1 comentario:

  1. Sin lugar a dudas el papel de las familias es fundamental. Escuela y familia trabajando juntos por el mismo objetivo, la mejor educación posible. Un correcto funcionamiento de ambos pilares en la formación de los alumnos asegura resultados prometedores en su desarrollo integral. ¡Buen trabajo! Saludos

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